sábado, 18 de abril de 2009
Yo puse el amor, puse el cariño la ternura y me jugué apostando todo de mi vida en la inocencia de creer que íbamos a hacer entre los dos el gran amor, la gran historia pero comprobé que solamente era yo la que daba amor. Cometí el pecado de engañar mi corazón y lo entregué a la obstinación de darte amor y a cualquier precio me quedé con el gusto amargo de saber que desde siempre me has mentido y con el dolor de comprobar que solamente amaba yo. Tú te dejaste querer, mientras yo me consumía. Tú te dejaste querer, yo pensaba que eras mío. Pero al final resultó que a la hora de hacerme un balance, perdiendo salía, yo era un juguete.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario